Ese vasito de jugo de naranja que se toman junto con el desayuno no es tan inofensivo como parece, contiene tantas calorías como una comida y tanta azúcar como una lata de refresco, y sí, es un azúcar natural de la fruta pero que se transforma fácilmente en grasa.
Ahora, no digo que la fruta sea mala, estoy diciendo que los jugos exprimidos concentran muchas calorías y azúcar, por lo que es preferible consumir la fruta entera y en porciones controladas.
Ese típico desayuno de un cereal con leche y un vaso de jugo naranja (que casi siempre se toman más de un vaso de jugo porque no les llena y se lo toman como agua) no ayuda en lo más mínimo a perder grasa y a estar en forma, porque hay un exceso de carbohidratos y azúcares simples,12 g de azúcar que aporta la leche y 36 g de azúcar del vaso de jugo, eso sumado a los carbohidratos procesados del cereal. Además de eso, este desayuno tiene poca proteína y fibra. Podría considerarse “sano” solo si se compara con una empanada frita y un refresco, pero no es un buen desayuno para estar en forma y perder grasa.
Y es que no es lo mismo comer sano que comer para mejorar composición corporal y perder grasa, un desayuno sano no siempre te hará perder grasa, en cambio un desayuno para perder grasa siempre puede ser sano.
En conclusión, no se tomen las calorías, no se tomen la fruta, cómansela, coman fruta fresca entera que aporta más fibra, menos azúcar y calorías. Tengan en cuenta que un buen desayuno siempre debe tener como protagonista a la proteína, carbohidrato de baja carga glucémica alto en fibra (avena, batata, arroz integral, una pieza de fruta, quínoa, plátano, arepa con linaza, etc.) o grasas buenas.
Recuerden que no solo importa el número de las calorías sino la calidad de las mismas, todo lo que comemos genera una respuesta química y hormonal en nuestro cuerpo que puede ayudarnos a perder grasa o estimular su acumulación. Todo lo que comemos influye en nuestros niveles de apetito, estado de ánimo y energía.
