Actualmente ocurre un fenómeno
muy importante que ha marcado la cotidianidad del venezolano: las despedidas.
Cada vez son más los jóvenes que parten a otras latitudes que le ofrecen lo que
aparentemente no consiguen en esta tierra. Y es que en su mayoría son jóvenes
universitarios, quienes en vista de la crisis social, moral y política que hoy
se vive en nuestras calles. Todos hemos pasado por este fenómeno, desde un
conocido hasta un familiar, alguien ha tomado la dolorosa para algunos o loable
para otros, de emigrar, dejando una pertenencia que no cabe en la maleta,
Venezuela.
Venezuela es mucho más que solo
nueve letras y una bandera tricolor, afortunados nosotros de haber nacido en
esta patria, contamos con una extensa llanura, con matices de montañas nevadas,
arropadas por el mar caribe y custodiada por los imponentes tepuyes. Venezuela
además, es nombre de mujer, emulando las hermosas mujeres que embellecen
nuestras tierras. Y sin contar del calor de su gente, la solidaridad que nos
hace únicos y el amor que irradiamos, sea cual sea la situación, siempre tienes
un compatriota apoyándote en cualquier decisión.
Un profesor me dijo una vez que
por qué repetir lo bueno que tiene Venezuela, sus recursos, paisajes y
habitantes, si de todas maneras continua la fuga de talento al extranjero. Hoy
quiero responderle que es necesario repetir una y otra vez las bondades y
glorias de nuestro país, ya que hemos perdido todo sentido de pertenencia que
nos vincula afectivamente a Venezuela.
Aunque parezca duro, la realidad
es que los venezolanos dejamos de querer nuestro país hace mucho. Quizás por
las malas decisiones de los gobernantes o por problemas culturales, pero la
verdad es que no sentimos que esta tierra, nuestros espacios cotidianos, los
hospitales, la universidad, nuestra comunidad, las ciudades nos pertenezcan.
¿Cuándo fue la última vez que te interesaste en el bien de tú comunidad? ¿O por
mejorar tú entorno? Nos hemos convertidos en muertos de alma, caminando por una
ciudad sin vida.
El problema no es irse del país,
el problema es que entendemos todos tenemos derecho de buscar un mejor futuro,
progreso, educación, pero que nuestro país también necesita de estos aspectos
para poder ofrecerte lo que el colectivo necesita, y quien más que tú para
brindarle todos las herramientas que deseas.
Venezuela te pertenece, a mí, a
todos los venezolanos, y es tarea de todos recuperarla. No se requieren fórmulas
mágicas para lograrlo, como dijo una vez nuestro Libertador: “Dios concede la
victoria a la constancia” y es la constancia, la fe y el trabajo duro de cada
uno de nosotros desde cada trinchera lo que conseguirá que el fenómeno cambie, y
seamos el país de las bienvenidas.
Edward Porras Dos
Santos
@Edward_PorrasDS