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lunes, 30 de mayo de 2016

Oliver, el niño de la protesta

 En la actualidad, son más los rostros que personalizan lo que los venezolanos vivimos día a día, así como hace 2 años, la inseguridad se vió reflejada en el caso Mónica Spears, así como la violencia en Bassil, Robert, Geraldin o Génesis. 

Esta vez, un pequeño niño de 8 años de edad, representa otro de los grandes problemas que padecemos: la falta de medicamentos. Oliver Sánchez padecía una enfermedad llamada Linfoma no Hodgking, quien se dio a conocer en febrero de este año, cuando apareció en una protesta con una pancarta que decía “Quiero curarme”. 

Oliver no es el único que ha fallecido por falta de medicamentos, son miles las madres que deben decirles adiós a sus hijos por esta causa todos los días. Desde la enfermedad más sencilla a la más compleja, no hay venezolano que se escape de esta realidad, las redes sociales se abarrotan de publicaciones buscando ayuda en este rubro. 

Es especialmente difícil, como médico, despertar cada día en medio de tanto caos en salud, son miles de médicos los que laboran en la red hospitalaria y ambulatoria del país, dejando hasta la última gota de esfuerzo para ayudar al más necesitado, pero es realmente frustrante que, a pesar de tanto empeño, en pleno siglo XXI mueran compatriotas por no disponer de medicamentos, los cuales este gobierno dice garantizar. 

Mientras tanto, a Nicolás Maduro, la ministro Melo y todo el gabinete corrupto parece importarle poco, este gobierno se ha caracterizado por infravalorar la salud de Venezuela e invertir en armas para acabar con los venezolanos durante las protestas, en regalarle dinero para construir hospitales en otros países o incluso construir una red eléctrica fuera de Venezuela, solo para seguir apoyando el modelo fracasado, populista, paternalista y rentista, que no ha logrado otra cosa más que miseria, hambre y muerte. 

Podemos decir que la salud en la Venezuela de hoy, es comparable con la del siglo pasado, en donde los índices de muerte materno-infantil se mantienen, la infraestructura hospitalaria es la misma, y la medicina que se ejerce es la de guerra, como si aun peleáramos la guerra de independencia. Que preocupante es ver entrar en la emergencia un niño con asma, un señor con infarto o una embarazada en trabajo de parto, y en los tres casos, el personal de salud se encuentra de manos atadas, ya que no cuenta con insumos para atender y debe recurrir a la práctica más arcaica y de supervivencia que pueda realizar.

 La actualidad del país es muy oscura, el hambre, la delincuencia y las enfermedades se encuentran a la orden del día en las calles del país, esta semana fue Oliver uno de los cientos de enfermos que padecen a diario por falta de medicamentos, y mientras más se esfuerzan en desviar la atención del venezolano, cada vez es más evidente la necesidad de un cambio urgente, una nueva actitud de los venezolanos con el país, una nueva lucha, el revocatorio es solo la vía constitucional del cambio de gobierno, el cambio real está en cada uno de nosotros, en nuestro día a día, en la construcción de la Venezuela que todos queremos. 

Autor: Edward Porras Dos Santos Twitter e Instagram: @EdwardPorrasDS