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miércoles, 25 de marzo de 2015

Asumamos nuestro reto


Muchas vicisitudes ocurren en nuestro país, cosas que quizás no tomamos en cuenta por el mismo dinamismo al que estamos atados o tal vez por la capacidad que tenemos los venezolanos de adaptación tan impresionante e incomprensible desde mi punto de vista. Esta “cualidad” propia de nuestra cultura se ha disipado a todos los grupos, edades y género, y no nos permite asumir la gran mayoría de nuestros retos, ya sea desde el punto de vista profesional, académico o personal.

Ayer estuve en el curso introductorio del Servicio Comunitario de la carrera que estudio: medicina, materia obligatoria para cualquier carrera de educación superior en Venezuela. Para explicar brevemente en lo que consiste, es realizar 120 horas de servicio comunitario adscrito a un proyecto social no menos de 3 meses y no más de 1 año en alguna comunidad. Me llamó muchísimo la atención las estadísticas que presentaron durante una de las ponencias, ya que para los institutos de educación superior que maneja el gobierno venezolano (no incluye universidades autónomas ni instituciones privadas) con una población constituida por poco más de 63 mil estudiantes, solo había 82 proyectos inscritos, hablando en la totalidad del país. Solo en la Universidad de Carabobo la población de estudiantes es de 63 mil. ¿Será que esta generación de jóvenes está capacitada para asumir la dirigencia del país?

Desde hace muchos años, agudizándose desde el 2007, los venezolanos han tomado una postura bastante cómoda, “dejar que los estudiantes afronten los problemas que son de todos los venezolanos”. A partir de la coyuntura que generó el cierre de RCTV hasta la actualidad, la vanguardia de las luchas reivindicativas en todo el país han sido en su mayoría lideradas por miembros del Movimiento Estudiantil; quizás el grueso de la población al verse de alguna manera representada por los estudiantes se alejaron de las luchas, ya sea por miedo, falta de tiempo o simplemente desidia. Pero aún más crítico es que los mismos jóvenes han dejado de luchar por sus derechos, dejado a un lado el compromiso y el rol histórico que nos pertenece, permitimos que otros acciones por nosotros.

Algo tan básico como pelear y ser garantes de que las leyes se cumplan lo hemos dejado a un lado por el desinterés y la apatía, a ese punto hemos llegado, prueba de eso tenemos las estadísticas mostradas, ¿Cómo puede ser posible que de 63 mil estudiantes solo haya 82 proyectos? Cuando por lo menos deberían existir mil proyectos comunitarios que lleven programas de salud, educación, empleo a las comunidades, que nosotros los universitarios y jóvenes en general nos debamos a las comunidades, llevemos nuestra chispa, compromiso, dedicación, creatividad a todo el país y que no solo sea un simple requisito para graduarnos.

Muchos se preguntan a diaria cómo cambiar el país, y la respuesta es tan evidente. Como estudiantes, el cambio comienzo en nuestras universidades, a través de programas sociales dirigidos a quienes lo necesitan, llevemos educación, salud, empleo, alegría, organización y sobre todo compromiso. Sé que no es tarea sencilla, hay un largo camino que recorrer, pero no hay nada mejor que patear calle y hablar con los vecinos para ayudar al que más lo necesita. Por eso y mucho más hoy les digo: asumamos nuestro reto.

Edward Porras Dos Santos
Twitter/Instagram: @edward_porrasds