El domingo pasado, un
grupo de estudiantes y jóvenes de Carabobo visitamos Ricardo Urriera en la
parroquia Miguel Peña. Esta parroquia ha sido especialmente golpeada desde
siempre, el abandono constante por parte de la gran mayoría alcaldes de
Valencia, pocos gobernantes le han
echado mano más allá de Henrique Salas Römer padre e hijo. Y peor aún el
deterioro no solo se ve en las calles llenas de basura y huecos, también se ve
en su gente, quienes alegres y amables por convicción son los que más sufren
todos los atropellos de un sistema injusto que no les permite surgir y
superarse, la inseguridad desbordada, el desempleo, el desabastecimiento y el
alto costo de la vida son los protagonistas del día a día.
El motivo de esta
visita fue la realización de un cine calle dirigido a los niños de la
comunidad, donde proyectamos la película “El libro de la vida”. Alrededor de 50
chamos se acercaron a la cancha el sector 6, la líder comunitaria Maritza
Aponte nos dio la más cordial bienvenida al sector y luego de unas breves
palabras comenzó la función. Que lindo es ver tantos niños felices,
compartiendo y disfrutando los espacios de su comunidad para un sano
esparcimiento, que los aleja del ocio y los malos hábitos, y más cuando esta
película lleva tan bonito mensaje de unidad y compromiso. Sería excelente que
se multiplicara este tipo de actividades por todos los sectores populares no
solo de Valencia sino de Naguanagua y todo el Estado. Esta actividad me lleva a
pensar un poco sobre los valores que hemos perdido como sociedad los últimos
años, y como nos hemos distanciado del vecino, nos deshumanizamos a diario y
perdemos la sensibilidad por nuestra comunidad.
¿Qué hacer para
rescatar los valores de nuestra sociedad? El venezolano tiene por naturaleza
muy poca capacidad para asociarse, es decir, trabajar en equipo por un fin
común, esperamos siempre que los gobernantes hagan lo que mejor le parece y
seguimos pensando que ellos nos deben resolver todo sin nosotros hacer algo, ni
siquiera reunir a los vecinos y quejarnos en la institución competente. ¿Qué le
vamos a enseñar a nuestros niños? Por ejemplo, en Tazajal por iniciativa de los
mismos vecinos se creó un grupo llamado EcoTazajal, el cual lleva el eslogan
“Sembrando Valores”. Cada miércoles se reúnen en el parque Geraldin Moreno,
donde la señora Olga y varios vecinos del sector les enseñan a los niños la
importancia de la ecología, los valores de la sociedad, ser buenos ciudadanos y
tantas cosas más que necesitamos hoy día en este país. Los niños son padrinos
de árboles plantados por ellos mismos y cuidan diariamente de ellos, además
participan constantemente en las actividades de la comunidad, como lo fue en el
nacimiento viviente en diciembre del año pasado. Son modelo del país y los
ciudadanos que queremos.
Nuestros niños
carabobeños son quienes van a heredar nuestros aciertos y errores, trabajemos
desde ya para evitar que cada vez sean menos los errores que dirijan el rumbo del
país. No nos permitamos seguir pensando que el concejal o alcalde tiene la
culpa de todo lo que nos rodea y entendamos que nuestras comunidades no cambian
si nosotros no trabajamos para que cambien, seguro estoy que nuestros
gobernantes necesitan de nuestro dinamismo, de nuestra entrega y de nuestro
trabajo para hacer su gestión mucho más eficiente y que llegue a todos por
igual.
Sigamos de pie por
Venezuela y sembremos valores.
Edward Porras Dos
Santos
@edward_porrasds