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lunes, 2 de noviembre de 2015

¡No perdamos la esperanza, los que se han ido pronto volverán!


Esta semana despedimos a una gran amiga, pilar fundamental para nuestro movimiento Jóvenes Naguanagua, quien junto a otros compañeros decidimos iniciar ese proyecto con la visión de unir a toda esa juventud que clama un cambio para su país.

Nuestra amiga junto a su familia ha decidido emigrar de su amada Venezuela, en busca de una posición estable y seguir fortaleciendo su educación, pero con un firme propósito: volver a su país en democracia.

Al igual que ella, ya son miles los jóvenes que han pasado sobre esa imponente obra “Cromointerferencia de Color Aditivo”, del artista plástico Carlos Cruz Diez, que decora el pasillo principal del aeropuerto internacional de Maiquetía, y que se ha convertido en los últimos años en un símbolo de quienes se han visto obligados a partir por distintas circunstancias del país con el corazón hecho añicos. Ellos van en busca de un horizonte nuevo, con oportunidades para progresar; en busca de un lugar en el que puedan salir a la calle sin temor a ser robados o secuestrados, donde puedan ir al mercado y comprar los productos que quieran y no los que le permitan comprar, donde puedan conseguir un trabajo digno que les ayude a desarrollarse como profesionales, ir a ese lugar que una vez fue Venezuela, ese país lleno de oportunidades.

No es fácil tomar la decisión de irse, algunos lo critican, otros lo apoyan. Lo cierto y doloroso es que nuestro país no está bien. Hoy tenemos una Venezuela desangrándose, que nos niega ese futuro próspero y de evolución que todo joven en cualquier parte del mundo aspira. Pero no es el país, no es la naturaleza, no son los ciudadanos, son ese pequeño grupo de personas aferradas al poder que han tronchado el avanzar de la inmensa mayoría de este noble pueblo.

Algunos se han ido y desde su posición seguirán dando su aporte, que es muy valioso para sacar adelante el país; otros continuamos aquí firmes, convencidos, aferrados a la idea y sueño que NO es imposible de lograr, que es cambiar a Venezuela para bien. Más temprano que tarde la mayoría de este bravo y noble pueblo se impondrá y con los brazos abiertos recibiremos a esos cientos de hermanos que se han ido, volverán gustosos a su madre patria. 

Hoy quiero recordar las palabras que hace pocos días en un acto al cual asistí en el concejo Municipal de Naguanagua, fueron citadas por el orador de orden, son del Papa Juan Pablo II: "No tengamos miedo, unámonos los buenos, que los malos ya están unidos".

A pesar de este panorama sombrío, no perdamos la esperanza, los que se han ido pronto volverán. Nosotros, los que nos quedamos sigamos trabajando arduamente porque estoy convencido que estamos Construyendo Futuro y un futuro de oportunidades.

Albert Valero E.
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@aavaleroe